Asociación Uruguaya de Tenis

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HISTORIA

La Asociación Uruguaya de Tenis es una asociación civil sin fines de lucro que abarca todas las actividades vinculadas con el tenis en Uruguay. Fue fundada el 9 de agosto de 1915 y su actual presidente es Martin Hughes


Breve recuerdo de los inicios del tenis en Uruguay

La presencia del tenis en el Uruguay es anterior a la creación de la Asociación Uruguaya de Tenis (AUT). Al igual que el fútbol y otros deportes, el tenis llegó a Uruguay impulsado por la colectividad inglesa.

En 1861 se fundó el Montevideo Cricket Club, que en 1888 introdujo el tenis a este país. El Cricket es la institución deportiva decana en Uruguay y Sudamérica, y de esta forma colocó a este país entre los pioneros en la práctica del tenis.

En mayo de 1915 se fundó el Círculo de Tenis de Montevideo y por entonces se intensificó la práctica de este deporte y surgió la necesidad de regular su desarrollo, organizar y arbitrar los torneos.

Así surgió la idea de crear la AUT, lo que se concretó el 9 de agosto de 1915.

Como dato histórico e importante a la hora de establecer la importancia que tuvo este deporte en Uruguay en aquella época, vale destacar que apenas dos años antes, en 1913, se había creado la Federación Internacional de Tenis (ITF), en Londres, comenzando de esta forma la organización mundial de la cual la AUT es miembro, al igual que de la Confederación Sudamericana de Tenis (COSAT), fundada en 1947.

La AUT es la asociación decana entre las federaciones y asociaciones de tenis de Sudamérica. Luego de su creación en 1915, le siguieron la federación chilena en 1920, la argentina en 1921, la paraguaya en 1926 y la venezolana en 1927.


Fundación de la Plaza de Deportes No 3 y de la Asociación Uruguaya de Tenis.

Con algunos antecedentes durante la Invasiones Inglesas de 1806/1807, el tenis como deporte moderno se comenzó a practicar en nuestro país poco antes de 1888, en la cancha del Montevideo Cricket Club ubicada en su Campo de Deportes de La Blanqueada. Ese año se disputa un torneo abierto entre varones. Al año siguiente 1889, el MCC se muda desde el terreno del hoy Hospital Militar a otro ubicado en un terreno delimitado por la calle Cardal, Cno. Larrañaga (Av. Luis A. de Herrera) y Cno. Propios (Br. José Batlle y Ordóñez).  

En marzo de 1890 el MCC organizaría un segundo Torneo de Tenis donde además hay una categoría damas y otra de dobles mixtos. El costo de inscripción: $ 1 (el sueldo de un dependiente de tienda era de $ 20 por mes) Por lo tanto, puede afirmarse que el tenis es el primer deporte practicado por mujeres en Uruguay.

Serán los ingleses, sus familias y descendientes, y aquellos compatriotas ligados a esa comunidad perteneciente a los estratos más altos de la sociedad, los que lo jugarán entre esa fecha y la segunda década del siglo XX en canchas más o menos improvisadas en el Montevideo Cricket, en la Estación Pocitos del tranvía, detrás de las graderías del Parque Central, en el Estadio del Álbion y en el Campo de Deportes del L’Avenir, ambos en El Prado, en el Instituto de Cultura Física en el Cordón (con su cancha usada por el The Garden Tennis Club), en las del Nacional de Regatas y del Montevideo Rowing en la Bahía y muchas otras – inclusive en el interior como en Paysandú -, con lo se va conformando un flujo cada vez más numeroso de practicantes. 

Con el fin de impulsar la práctica físico-deportiva en el Uruguay, es que en el año 1911 se creó la Comisión Nacional de Educación Física (CNEF). La actividad física era no sólo una práctica saludable, necesaria en tiempos de una medicina aún precaria, sino que constituía además una forma de disciplinamiento social hacia la búsqueda de una ciudadanía virtuosa.  

Su acción se dirige especialmente a dos aspectos que serán esenciales en su accionar: 

  • la fundación de plazas de juego o plazas vecinales de cultura física (luego plazas de deporte) y 
  • la organización y supervisión (“superintendencia”) del deporte de competencia, a esa altura casi completamente amateur. 

En el primer aspecto, la novel CNEF inauguró en 1913 la Plaza Vecinal de Cultura Física Nº 1 frente a la Escollera Sarandí, en terrenos prestados por Piria, con materiales importados de EEUU e Inglaterra y con asesoramiento del norteamericano Prof. Jess Hopkins, Director del Departamento Físico de la Asociación Cristiana de Jóvenes (ACJ). 

En la primavera del año 1914, la CNEF consiguió simultáneamente la autorización de Salud Pública para instalar en su terreno del Camino Goes (Gral. Flores) una plaza vecinal y del Municipio para instalar otra en este sector – el que iba desde la calle Constituyente (21 de setiembre) a Samayúa (Herrera y Reissing) – del recién inaugurado Parque Urbano. 

Dice así la resolución municipal del 16 de octubre de 1914: 

1° Autorícese al Departamento Ejecutivo para convenir con la C.N. de E.F la forma en que esta ocupará en el Parque Urbano, las áreas de terreno que aquella precisa para la instalación de una plaza vecinal y anexos, estableciendo el monto de los mismos y todo los detalles pertinentes del caso.

2° La autorización que se concede a la CNEF es con carácter precario y revocable, debiendo aquella someter á la aprobación de la Junta los planes de las obras que piensa ejecutar, como así mismo todas las ampliaciones que se proyectan en el terreno, tanto en el presente como en el futuro.

3° Facultase al D.E para hacer el traslado á otro punto mas adecuado de los actuales locativos del Parque Urbano (Kioscos, calesitas, juegos, etc) en el interés de no perjudicar la instalación de la plaza vecinal. (el subrayado es nuestro). 

Como primera acción y antes de comenzar las labores de instalación, en enero de 1915 comienza a trabajar, contratado como “ayudante”, el joven líder de la ACJ (y boxeador aficionado) Alberto Supicci, con un sueldo de $ 40 mensuales. Se encargará de ir supervisando las tareas de instalación e ir dirigiendo actividades recreativas con niños. Será acompañado por otro líder, este en carácter de honorario, el estudiante de medicina Julio J. Rodríguez, luego máximo cargo técnico de la CNEF durante cuarenta años. 

Simultáneamente, la CNEF activaba su otro proyecto de organización del deporte de competencia. En marzo de 1915 la CNEF establecía un organismo de dirección del deporte llamado Federación Deportiva Uruguaya, presidida por uno de sus miembros, el Dr. Francisco Ghigliani. 

La primera tarea de este nuevo organismo estatal dependiente de la CNEF, era reunir a las instituciones que practicaban cada uno de los deportes y conformar las “uniones» (las que posteriormente se llamarían asociaciones, federaciones o confederaciones de cada deporte). Así se van fundando las de básquetbol, voleibol, tiro, boxeo, gimnasia, patín y, también, la de tenis. Eso le daría a Uruguay en el período una fuerte presencia en el deporte internacional, al tener actividad competitiva regular frente a otros países que se organizaron mucho más tarde. 

El 9 de agosto de 1915 las instituciones organizadas que practicaban tenis (L’Avenir, Círculo de Tenis, Montevideo Lawn Tennis, Nacional de Regatas y Círculo Olimpia) crearían la Unión de Sociedades de Tennis (hoy Asociación Uruguaya de Tenis). 

Mientras, se iban resolviendo las dificultades en la instalación de esta plaza, ahora llamada “de Deportes”. 

Por un lado el traslado de quioscos, juegos y restoranes que ocupaban el terreno (el Forte di Makallé fue uno de ellos) y por otro, aguardar la llegada de los aparatos que se importaban desde la firma Spalding & Sons de Nueva York.  

Estos aparatos consistían en los tableros y postes para las canchas, juegos infantiles (sube y bajas, toboganes, hamacas y “pasos de gigantes” o “trillas”) y grandes pórticos con aparatos de gimnasia (barras fijas, anillas, escalas, etc.) Por otro lado se armaban lo que se llamaba el “pabellón” (vestuarios con duchas – con calefón a alcohol, toda una innovación! – y salas de dirección y depósito). Estos “ranchos” se compraban prefabricados de chapa y madera, siendo importados de Inglaterra. 

Las dos canchas de tenis se pusieron en funcionamiento un mes antes que el resto de la plaza (en el mes de setiembre), con un estricto reglamento de uso, donde se establecía el costo del alquiler de las canchas por hora ($ 0.25 para los match «sencillos» y $ 0.50 para los de «dobles»), $ 0.05 el alquiler de raquetas de madera (prensa) y pelotas, así como el uso de las duchas (”sin derecho a jabón y toalla”). También se establecerían los horarios donde podrían asistir los clubes “siempre que estén afiliados a la Unión de Sociedades de Tennis”. 

Como desde enero, la señora Carmen de Marengo – vecina de la Plaza – había permitido que los profesores utilizaran su casa como vestuario, se le recompensó con un reconocimiento monetario de $ 20.  

Finalmente estuvo todo listo y se programó para inaugurar la plaza con un megaevento, el martes 12 de octubre de 1915 (decretado ese año como “Día de las Américas” y no “Día de la Raza”, como se lo denominó después). 

Se llevó a cabo un programa que empezó a las 9 de la mañana con partidos de tenis organizados por la Unión de Sociedades de Tennis, siguió con básquetbol, voleibol, hípica y una demostración de béisbol. A la tarde de nuevo se comenzó con tenis, siguiendo con gimnasia y juegos infantiles, repitió básquetbol y voleibol, gimnasia “en aparatos” y finalmente una exhibición de boxeo. Asistieron nada menos que 12.000 personas, una verdadera multitud nunca vista en un espectáculo deportivo. 

Al año siguiente Supicci fue reemplazado por el profesor suizo Rafael Galli, cuando aquel fuera trasladado para inaugurar la plaza de la ciudad de Colonia.  

La labor de Supicci en aquel departamento fue sustantiva, fundando varios clubes como el Plaza de Deportes de Colonia, el Colonia Rowing, el América de básquetbol, etc. además que, como inspector dirigió la fundación y puesta en marcha de numerosas plazas de deporte en el departamento. De regreso a Montevideo, dirigirá a la Selección Uruguaya campeona mundial de 1930, luego a varios equipos y selecciones de fútbol, en 1948 presidirá la Delegación Uruguaya a los Juegos Olímpicos de Londres, será profesor del Instituto Superior de Educación Física (ISEF) e Inspector de la CNEF y en 1958, al final de su carrera, director de esa casa de estudios. 

La Plaza 3 será escenario de múltiples actividades deportivas. Como una de las obligaciones de las uniones de sociedades era organizar anualmente un campeonato nacional de su deporte (así lo hicieron el básquetbol y el voleibol en la Plaza), la de tenis también la utilizó con esos fines, dado que las cinco del Círculo de Tenis recién se estaban construyendo en el terreno perteneciente a Primaria en la calle Pereyra, entre Ellauri y 26 de marzo, donde, a partir de 1920, se construirá la escuela 193. 

Entre el mes de mayo y junio de 1916, se llevó a cabo en las canchas de la Plaza Nº 3, el Primer Campeonato Nacional de Tenis, disputado por eliminación. Se compitió en cinco categorías: sencillos de hombres y de señoras, dobles de hombres y de señoras y dobles mixto. 

Los campeones. Sencillo de hombres: Sydney R. Buck; dobles de hombres: Joaquín Serratosa Cibils y Luis Supervielle; sencillo de señoras: Celia Preti de Matthews; dobles de señoras:Celia Preti de Matthews y Carolina Preti de Burnett y dobles mixtos: Celia Preti de Matthews y Allen O. Crocker. 


La señora Celia Preti de Matthews, múltiple campeona, sería la que aparece en la foto difundida del archivo de la CNEF, fechada justamente en 1916. 


En 1920 el Círculo se trasladará al Prado donde tiene hoy asiento su sede y canchas, y será en la década del 40 cuando – en la cancha construida por la Intendencia para uso de los pasajeros del Hotel Carrasco – un grupo de deportistas fundaría el Carrasco Lawn Tennis a impulso del Embajador Británico Sir Eugen Millington-Drake.



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